Para nosotros, la Forma constituye el elemento más importante dentro de la sintaxis visual del Proyecto, y el resto de los recursos quedan subordinados a ésta. Por lo tanto, en nuestra definición particular, la Forma ha de contener el peso fundamental a la hora de motivar una creación artística, incluyendo como concepto primordial la función, entendida en potencia para ser definida posteriormente por su usuario. El resto de caracteres de la obra (textura, color, …) se emplearán para potenciar más aún esa singular característica que le estamos asignando a la Forma.
Pero no se trata de una reedición de “la forma sigue a la función” tal y como lo expresaban los funcionalistas. En este caso el proceso proyectual se invertirá y serán las formas, como material de inspiración, quienes generarán múltiples posibilidades funcionales dependiendo de los intereses o necesidades del observador. De esta manera podemos generar formas con mayor libertad, evadiendo los encorsetados postulados de las distintas normativas y directrices sociales.
El primer nivel de funcionalismo es sin duda el visual. La obra debe atraer al usuario y una vez enfrentados, éste podrá abstraer formas que le ayuden a desarrollar sus ideas y proyectos. Para favorecer esta comunicación, el lenguaje que adopta el FF se nutre de experiencias pertenecientes a la pintura, a la escultura y a la arquitectura.
La principal fuente de inspiración será la naturaleza. En el proceso de percepción, nos detendremos un poco antes de alcanzar las formas puras, justo en aquellas irregularidades, rasgos o señales que autentifiquen las formas. Como resultado obtendremos formas originales e inéditas jamás alcanzables por la máquina. Su lenguaje visual codificado servirá de aplicación y extensión en diversas ramas.
Es otro camino. Percibir la forma e identificarle una función, con sus respectivas adaptaciones. Le damos más importancia a la generación de ideas nuevas que a la definición de un producto concreto. Es un ejercicio creativo de buscar significados a las formas. FF piensa que partiendo de formas originales, existen más posibilidades para que el producto final sea innovador. Fomentamos otra visión del artista, que debe cubrir sus necesidades anticipando el resultado a través de la contemplación y el estudio de las formas.
Pero FF entiende que los proyectos deben tener algo más que elementos firmemente vinculados al cumplimiento de la función, siempre sin llegar a camuflarla de ingredientes superfluos. Nuestra definición de funcionalidad implica algo más que utilidad. Funcional significa también que funciona para suscitar o provocar emociones en el hombre; una función comunicativa-emocional que debe ir siempre conectada con la función práctica, pero sin llegar a cometer los errores provocados por la sociedad de consumo, que han llegado a incluir signos sociales basados en las tendencias visuales del público para vender el producto.
FF queda por tanto desligado de factores culturales y simbólicos, como creencias o connotaciones de valor, y se ofrece al espectador en su estado mas fiel y puro. Será el usuario quien las determine.
En resumen, estamos proponiendo experimentar invirtiendo el proceso proyectual, actualmente cargado de codicionantes que merman y rigidizan las capacidades expresivas, buscando la inspiración en Formas originales que contienen funciones en potencia. En una sociedad que está evolucionando a pasos agigantados gracias al desarrollo tecnológico, pensamos que esta iniciativa puede reactivar la innovación en numerosos campos e incluso descubrir nuevos usos y funciones. FF se manifiesta por lo tanto como una motivación para la invención.
Pero no se trata de una reedición de “la forma sigue a la función” tal y como lo expresaban los funcionalistas. En este caso el proceso proyectual se invertirá y serán las formas, como material de inspiración, quienes generarán múltiples posibilidades funcionales dependiendo de los intereses o necesidades del observador. De esta manera podemos generar formas con mayor libertad, evadiendo los encorsetados postulados de las distintas normativas y directrices sociales.
El primer nivel de funcionalismo es sin duda el visual. La obra debe atraer al usuario y una vez enfrentados, éste podrá abstraer formas que le ayuden a desarrollar sus ideas y proyectos. Para favorecer esta comunicación, el lenguaje que adopta el FF se nutre de experiencias pertenecientes a la pintura, a la escultura y a la arquitectura.
La principal fuente de inspiración será la naturaleza. En el proceso de percepción, nos detendremos un poco antes de alcanzar las formas puras, justo en aquellas irregularidades, rasgos o señales que autentifiquen las formas. Como resultado obtendremos formas originales e inéditas jamás alcanzables por la máquina. Su lenguaje visual codificado servirá de aplicación y extensión en diversas ramas.
Es otro camino. Percibir la forma e identificarle una función, con sus respectivas adaptaciones. Le damos más importancia a la generación de ideas nuevas que a la definición de un producto concreto. Es un ejercicio creativo de buscar significados a las formas. FF piensa que partiendo de formas originales, existen más posibilidades para que el producto final sea innovador. Fomentamos otra visión del artista, que debe cubrir sus necesidades anticipando el resultado a través de la contemplación y el estudio de las formas.
Pero FF entiende que los proyectos deben tener algo más que elementos firmemente vinculados al cumplimiento de la función, siempre sin llegar a camuflarla de ingredientes superfluos. Nuestra definición de funcionalidad implica algo más que utilidad. Funcional significa también que funciona para suscitar o provocar emociones en el hombre; una función comunicativa-emocional que debe ir siempre conectada con la función práctica, pero sin llegar a cometer los errores provocados por la sociedad de consumo, que han llegado a incluir signos sociales basados en las tendencias visuales del público para vender el producto.
FF queda por tanto desligado de factores culturales y simbólicos, como creencias o connotaciones de valor, y se ofrece al espectador en su estado mas fiel y puro. Será el usuario quien las determine.
En resumen, estamos proponiendo experimentar invirtiendo el proceso proyectual, actualmente cargado de codicionantes que merman y rigidizan las capacidades expresivas, buscando la inspiración en Formas originales que contienen funciones en potencia. En una sociedad que está evolucionando a pasos agigantados gracias al desarrollo tecnológico, pensamos que esta iniciativa puede reactivar la innovación en numerosos campos e incluso descubrir nuevos usos y funciones. FF se manifiesta por lo tanto como una motivación para la invención.